Nos conocimos en un Chat
y quedamos en la red social
donde entablamos amistad,
que con recíprocos mensajes
mostraban lo diferente
de nuestro carácter
aunque teníamos un nexo,
Facebook.
La historia se prolongo
y la amistad se tornó amor,
aunque jamás nos habíamos visto,
nuestro corazones eran complementarios.
Un romance más allá del muro
donde intercambiamos emociones,
separados por una barrera invisible
que distanciaba la identidad digital,
de la física.
Unimos nuestras identidades analógicas
e intercambiamos información durante horas,
pronto nuestras identidades se fueron separando
y el muro delimitó las dos realidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe tú comentario, en el momento que se pueda invisible te contestará, gracias.
Un Saludo,
Invisible.