Ser

La hermosura del pensamiento es comparable a la belleza del alma, que engalanada sueña ser liberada, una vez que se desata de todas estímulos superfluos de la vida mundana.

Entre la Persona, el Pensamiento y el Alma se entrelazan conversaciones calladas, que luchan por ser liberadas de la atadura del “Ser”.

Estando en casa, tumbado en la cama, su persona es situada en una estancia vacía en compañía del Pensamiento y del Alma. Revelado en forma de sueño, comienza la charla, que cada parte de su “Ser” disiente de forma razonada.

El “Alma” está cansada de los placeres mundanos del “Cuerpo” e intenta convencer a la persona que la libere de la cautividad del “Ser”.

ALMA: - Soy prisionera del “Ser”, aunque existo nadie me ve.

El “Cuerpo” intenta proceder, porque sin “Alma” el “Ser” no puede creer.

CUERPO: - No soy persona completa sin tú proceder, al no esperar mayor recompensa, al fallecer.

PENSAMIENTO: - ¡ALMA! .- dice el “Pensamiento” intentando evitar el confrontación. – Deja que explique el razonamiento, a tal difícil planteamiento.

ALMA: - No es cuestión de razonamiento, sino de entendimiento.

CUERPO: - Entiendo la cuestión y la problemática del argumento, pero no entiendo el razonamiento, deja a “Pensamiento” explicar su lógica conclusión.

Mientras el “Ser” desde su postura privilegiada ve el desarrollo del debate, pero impasible, sigue postrado en su catre.

PENSAMIENTO: - El “Alma” quiere la liberación y el “Cuerpo” una vida mejor, la solución es vivir con moderación.

CUERPO: - Difícil cuestión, porque no puedo vivir sin pecado.

ALMA: - La libertad sería su salvación, porque podría hacer lo que le viniera en gana, sin dar explicación al “Ser”.

CUERPO: - Los caprichos terrenales son la alegría y tener “Alma” la absolución.

El “Ser” que todo lo ve pone fin a la discusión, con tono firme y decisión:

SER: - El “Cuerpo” es el vehículo de todas mis acciones, el “Pensamiento” el  mecanismo de las decisiones y el “Alma” el tormento de tribulaciones.