ondulados por el mar
mecen a la brisa del amanecer,
surcan los mares como olas.
La profundidad de tú mirada
es del color del cielo,
bañado por el sol del océano
se vuelven cristalinos,
como la transparencia del agua.
Las perlas conforman tú dentadura
blanca por la luz de la luna,
producto del agua marina,
dibujan una gran sonrisa.
El aliento,
frescura de la mañana,
recuerdan al batir de las olas
contra las duras rocas,
volviéndose espuma
como la saliva de tú boca.
Eres producto del mar
y musa de pescadores,
protagonista de cuentos
mujer de muchos hombres,
efímera como la bruna
que cubre el horizonte.
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