Cansada la luna de brillar, poco a poco se apaga para ir despidiendo la noche y en perfecta armonía con la oscuridad se transforma en esperanza.
El sol va soltando la mano de la luna despacio para separarse durante el día volviéndose a ver por un instante en el crepúsculo, para mostrarle su amor eterno.
Amantes milenarios, condenados a vivir separados con el único recuerdo de un fugaz momento, donde se aman intensamente durante toda la eternidad.
Majestuoso el sol con su resplandor alumbra el mundo, es fuente de vida y calor, condenado a estar solo.
Hermosa y elegante luna, inspiración de leyendas y cuentos, amante perfecta suspira por el resplandor de su amado sol. Condenados a estar solos, a ser admirados aunque por siempre desgraciados por verse siempre y no tenerse nunca.
No hay peor recompensa que el amor correspondido, puro, incandescente, eterno pero imposible.
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