El mar, el cielo, el universo, las montañas, las nubes, el sol, los planetas, las estrellas, las galaxias, todo muestra la inmensidad de algo más grande que el propio ser humano, el cual es tan insignificante en la inmensidad como un grano en la playa.
Buscando nuestra propia existencia no distinguimos a ver el resto de vidas que se encuentran en nuestras proximidades, nuestro propio ego y egoísmo no nos permite ver más que nuestra propia realidad, ocultándose ante nuestros ojos la verdad que no queremos ver.
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