El viento

Azota mis ventanas, su silbar me hace estremecer, mientras las persianas vibran de temor.

El silencio es precedido por el quejar de la naturaleza, la cual embravecida hace encoger el corazón, mientras despliega toda su furia contenida.

Los árboles se tambalean doblándose para no romperse y capear el temporal, el mar se agita impulsándose por encima del rompeolas arrastrando a los confiados al interior de su seno, para comparecer ante Neptuno.

Mientras el temporal se muestra, el viento lleva la voz cantante y dirige tan singular espectáculo, su furia se convierte en energía eléctrica e intenta derribar toda estructura que le impida el paso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe tú comentario, en el momento que se pueda invisible te contestará, gracias.

Un Saludo,

Invisible.