El trasiego de gente
y el olor a flores
con puestos de mil colores
congregan a vendedores.
A vecinos y trabajadores
de diferentes condiciones
creencias o religiones
en calles y callejones.
Sitio de robos menores
y de cambio de impresiones,
de encuentros familiares
en calles y bares.
Ambientado por juglares
música y malabares,
impregnan de sensaciones
las artes medievales.
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