Un grano de océano
de nácar recubrió
en lo profundo se gesto,
formando en su interior
con un trozo de piélago.
Un aljófar de marfil
la luna descubrió
y a la estrella le ofreció,
desde el fondo
del océano.
Desde la mar
deslumbra el cielo
y llora desconsolada,
asida al recuerdo
de la joya regalada.
El océano y el cielo
anejos por el sueño
de una estrella solitaria,
y de la luna enamorada,
por una perla encontrada.
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