El instinto avisa del peligro
manteniendo alerta al individuo
y proporcionándole un sexto sentido,
radar que detecta anomalías
escondidas en las apariencias,
indicando el camino
en la encrucijada del destino.
Inspiración
que sabe las respuestas
y crea las coincidencias,
favoreciendo el clímax
optimo para que la intuición
encuentre el lenguaje adecuado a la expresión,
senda al corazón
que clarifica las dudas
oculta a la evidencia.
Tortuoso itinerario de altibajos
llenos de rodeos que dificultan
ser objetivo con los designios del azar,
contraposición con la voluntad
que hace oídos sordos a la evidencia,
negándose así mismo la oportunidad anhelada.
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