Es un estrés continuo
vivir rodeado de ruido
y no poder dormir
sin escuchar al vecino,
encima, debajo y a los lados
los sonidos son incesantes,
cuando no existen carreras
se oyen gritos
y sino alguien taladrando.
Taladran los oídos
y agobian los sentidos,
machacones ruidos
que jamás cesan
aunque te quejas,
¡mal vecino que protestas
de los sonidos de la cisterna!.
Persianas que suben y bajan
en horas tempestivas,
chillidos en el silencio de la madrugada,
sirenas que rompen el sonido,
borrachos que van de retirada
y bingos hasta alta horas de la madrugada.
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