No tengo bienes
y carezco de belleza exterior,
sin virtudes
soy rico en el interior,
pobre de ánimo
tengo un gran tesoro
que amo por encima de todo.
No presumo ni alardeo
de aquello que tengo
ni quiero reconocimiento,
ni busco ni pretendo
sólo vivo el momento,
disfruto con lo que hago
mientras escucho los pensamientos
ocultos en el ruido diario.
No miro por encima del hombro
pero tampoco huelo el sobaco
de aquellos que contemplan desde lo alto
pero viven por debajo,
sigo el camino marcado por el destino
desde el anonimato vivo,
ajeno a los caprichos
de aquellos que quieren gobernar
la vida de los demás.
No consiento la imposición
ni pretendo ser señor,
soy caballero que con su dama
vive según los designios
los caprichos del destino.
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