El hijo dolido por una infancia
de ausencia de cariño,
solicita el reconocimiento de su padre,
insensible a las necesidades sentimentales
que necesita su hijo.
¡Abrázame padre que tengo frío
y no siento tú cariño
cuando estas conmigo,
te necesito
y me encuentro solito
sin tú afecto,
desterrado de tú corazón
carezco de mimos
aunque soy tú hijo predilecto
que espera el ansiado regreso!.
El padre, hombre orgulloso
replica con desdén
y lo mira con desprecio
sin darle aprecio.
¡Vete a llorar a otra parte,
madura y conviértete en un hombre
para dirigirte a tu padre!.
Sin mediar palabra el hijo coge su equipaje
y se va ante la pasividad de su madre,
nunca más volverá,
se convertirá desde aquel momento en hombre
para orgullo de su padre
perdiéndole para siempre.
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