Prisionero de la muerte
y amigo de la vida,
peregrino del mundo,
vagabundo del destino
que andas a través del tiempo
anclado por los deseos;
sueñas con otras metas
pero en cambio no corres carreras.
Lamentas como vives
y en cambio no corriges
el rumbo,
sigues perdido a la deriva
sin mirar a las estrellas,
guías del universo
que jamás cuentan historias
pero las presencian.
Deja para otra vida los temores,
jamás hagas caso a los rumores
y disfruta lo que puedas del presente,
no mires por los retrovisores
que nadie te persigue
y vive como quieras
sin dañar a los peatones.
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