Rojo amanecer entre violetas tonos púrpura
tiñe la línea del horizonte que delimita
el espacio verde del bosque
y negro del mar con reflejos destellos cristalinos,
baile de luces y sombras conforman el paisaje
que deja boquiabierta y sin respiración
a la hermosa joven que desnuda
su silueta se funde con las luces del alba,
hermosura supuesta que deja a la interpretación del lector
rienda suelta a los anhelos que se funden con los sueños
a imaginar tan deliciosa escena;
dibujada por la naturaleza
que funde cuerpo y espacio en un mismo instante
para desaparecer debajo de las suaves olas
de la fantasía del lector que saborea el suave
dulzor del deseo.
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