Viajo sin equipaje
pobre de espíritu
y cuando vuelvo
traigo riqueza,
una gran maleta,
llena de experiencias.
Traslado los prejuicios
y sin querer hago juicios de valor,
sin ninguna razón,
aunque cuando vuelvo
tengo curado el corazón.
Aprendo una gran lección
sin pretenderlo
y con el tiempo necesito menos,
disfruto más de la compañía de los demás
que tienen mucho que aportar.
Existo sin pretensiones
y disfruto sin condiciones,
hago lo necesario
según las circunstancias,
presentadas en cada momento
sin ningún pensamiento
se escriben las líneas
que rigen mí vida.
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