La luz tamizada entrada por la ventana
con débil fulgor
y no alumbra de color el día,
gris plomizo,
oculto entre la melancolía
resta a la vida alegría.
Empalidece la piel
por falta de sol,
vampiros en el día
surcan las calles,
ocultos entre los edificios
muertos por el sacrificio
esperan que los rayos
les devuelvan su existencia.
Coloreen los acontecimientos diarios
y hagan retroceder a las sombras,
al cubil donde los engaños
esperan sorprender al incauto,
agazapados como depredadores
escondidos en el anonimato
roban a la luz la alegría
cambiándola por melancolía.
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