Me deshice del reloj para liberarme de ataduras y cuando por fin lo hice me di cuenta que el tiempo no era algo físico que dependía del reloj, sino que era algo que tenía inculcado desde niño en mi subconsciente que no permitía que fuera libre.
Era esclavo de horarios, esto me agobiaba muchísimo no dejándome vivir y ser feliz, no podía creer como era prisionero de algo que era abstracto, de algo ilusorio. Pero así era, cada día me levanto a la misma hora y voy con las mismas prisas para llegar a los mismos sitios un día tras otro.
Pero comprendí que era yo el que tenía que cambiar, madurar y aprender a ser consciente de que el tiempo soy el que lo controla, depende de mi no estar agobiado. Sólo tenía que anticiparme y ver las cosas desde un punto de vista optimista, positivo para de esta forma controlar mi propio tiempo.
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