Este pequeño artículo esta dedicado a esas personas que el vivir día a día es un suplicio, que la amargura es el pan de cada día y que en alguna ocasión han intentado sin éxito extinguir su vida, porque todo carece de sentido.
Lloran en silencio su amargura, el miedo rige sus vidas, carecen de fuerzas para afrontar el día a día, su mente cansada les distorsiona la realidad para acabar inevitablemente en un trágico final.
A todas esas personas decirles que no están solas que somos muchos los que nos encontramos desvalidos y lo único que cabe esperar es el consuelo de que las cosas ya no pueden empeorar más porque ya hemos tocado fondo, lo que podemos esperar es resurgir de nuestras cenizas o morir en el intento.
De negro azabache tiño mi alma,
lloro en silencio mi soledad,
frustrado me siento para poder llorar,
mi alma oscura no me permite amar.
Cada día que pasa es una agonía,
que me ahoga no puedo respirar,
palpitaciones tengo día a día,
espero que llegue mi trágico final,
para poder terminar con mi respirar.
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