fuentes y aves,
esculturas de bronce,
adornan los jardines.
Los abuelos leen la prensa,
los niños juegan,
los adultos pasean,
y las parejas se enamoran.
Pulmón de Oviedo,
lugar de recogimiento,
de deporte y paseo,
de visita obligada.
Un sitio tranquilo,
entre el bullicio
del ajetreo rutinario,
de la vida cotidiana.
Un paréntesis en el tiempo
orquestado por presente y pasado,
un parque en el corazón
del Principado.
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