Reflexión tras el final del día

La resignación tras haber sostenido la pesada carga del tiempo que se acumula paulatinamente durante todo el día, llegando a pasar factura tras el ajetreo de la jornada. 

El silencio molesto y la carga emocional acumulada dan broche al acopio de sensaciones que castigan la mente, sobrecargando el cuerpo antes de desconectar. 

Antes de finalizar el día la lentitud se hace patente en todo que nos rodea y la sensación de cansancio es asumible, tras el balance diario. 

Al final lo que cabe pensar es que ha pasado un día más y podemos estar agradecidos por una rutina, la cual se vuelve a vivir al día siguiente, sabiendo que como mínimo será igual que el anterior. 

Porque por muy bueno que este por venir, es preferible lo malo que ya se conoce, aunque a veces la vida da giros inesperados.

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