Cada vez que voy a trabajar
siento desgarrar el corazón,
calmo la culpa de la opresión
con afirmaciones, es lo mejor,
pienso; aunque no lo siento.
Sentimientos de impotencia
rasgan el corazón
y arrancan años de vida,
sufrimiento gratuito
propio de la época que vivimos.
Desazón que produce tristeza
y aumenta las penas,
produce acongoja
que nada alivia,
toca tragar saliva
y resignarse a ser borrego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe tú comentario, en el momento que se pueda invisible te contestará, gracias.
Un Saludo,
Invisible.