Personas, retratos de sí mismas

Escultura Carmen de los Mártires, Granada


Las personas son como vasijas,
escultóricas formas que se parecen en sus formas
y se moldean a semejanza,
belleza cincelada en la perfección de la carne
que muestra en su culminación
la obra divina.

Barro seco que se convierte en cerámica,
¡hueca!, que necesita llenar de contenido
para convertirse en obras de granito,
robustez alcanzado a fuerza de voluntad
que curte el alma con la belleza interior.

Belleza que otorga el brillo del mármol
nacida de las buenas obras
y curtida por la bondad interior,
recompensa que favorece aquellos
que dejan las apariencias
para convertirse en personas
que son el retrato de sí mismas.



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